Este puede ser el chili de una olla más sencillo del mundo, y como todo buen chili, es muy versátil. Puedes comerlo sin más nada, servirlo encima de una batata horneada, o esparce un poco a lo largo de hojuelas de tortilla de grano entero con un rocío de queso, lechuga desmenuzada, y guacamole para unos nachos saludables. Si deseas abultar la receta y llenarla de fibra, añade algunos frijoles cocidos o un grano cocido (arroz integral, quinoa, o lo que sea que pudieras tener en la despensa funciona genial). ¡Y no dudes experimentar con salsa picante, especias adicionales, o pimientos picados