La mantequilla y la nata tradicionales de esta receta se han sustituido por aceite de oliva y yogur. Con la calabaza, el risotto consigue una consistencia cremosa sin la grasa extra.
La autora Robyn Webb dice: "La quinoa no es el grano habitual en los risottos, pero este diminuto grano repleto de proteínas se cocina rápidamente y da como resultado un plato maravillosamente fragante parecido a un risotto".
El risotto se elabora tradicionalmente con arroz con almidón, pero esta versión hecha con cebada es más rica en fibra y tiene una textura deliciosamente masticable. Si se añade el líquido a los granos 1/2 taza cada vez, se consigue una textura rica y cremosa al terminar la cocción. Sírvelo como acompañamiento de un plato principal proteico, como este pollo mediterráneo con alcachofas, o añádele pollo o camarones cocidos y un puñado de verduras para convertirlo en una comida completa.
El sabor de los delicados guisantes rojos combinados con el limón fresco y la menta es definitivamente un presagio de la primavera. Esta guarnición rápida y fácil va muy bien con un plato de pescado ligero, como los filetes de pescado al horno con cobertura de tomillo y dijon o el salmón con salsa de mango y melocotón.
¿A quién no le encanta un buen guacamole? Si bien los aguacates son muy buenos para nosotros y los podemos disfrutar a diario, es esencial tener en cuenta el tamaño de la porción. Siempre que preparo guacamole, trato de complementar el aguacate con un vegetal para darle volumen y reducir la cantidad de aguacate en la receta. El pepinillo es fabuloso porque es refrescante y no altera el sabor. El calabacín también es perfecto.
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