Al conectarse a Internet, puede obtener muchos consejos nutricionales. El problema es que lo que lees en un lugar a menudo entra en conflicto con la información que ves en otro lugar. Parte de esto tiene que ver con cómo se realizan los estudios científicos y cómo se pueden informar o tergiversar los resultados. En la carrera por captar nuestra atención, muchas fuentes se centrarán en estudios sensacionalistas (pero posiblemente defectuosos) o exagerarán la importancia de un estudio para respaldar una agenda sesgada. El resultado es desinformación, información contradictoria y mucha confusión.
Aquí hay tres pasos que lo ayudarán a concentrarse en fuentes confiables y pensar de manera más crítica sobre los estudios de salud que aparecen en los titulares:
1. Esté atento a las señales de alerta
- Considere las intenciones de su fuente. ¿La fuente ofrece productos a la venta que puedan influir en la información que presentan? ¿Los autores tienen experiencia en ciencias o nutrición? ¿Se presenta la información de forma sensacionalista o de tipo “cebo de clics”? Si es así, no significa necesariamente que la información sea incorrecta, pero probablemente debería verificarse.
- ¿Promete una solución rápida o hace afirmaciones que suenan demasiado buenas para ser verdad? Es tentador pensar que se puede hacer un cambio en la alimentación y perder peso durante 10 años en un mes, o tomar un suplemento para compensar una serie de hábitos alimentarios poco saludables. ¿Pero tu instinto no te dice que eso es poco probable? Confia en tu instinto.
- ¿El consejo se basa en un estudio? La ciencia no cambia completamente basándose en un solo estudio. La evidencia de un patrón de alimentación o una terapia nutricional aumenta a medida que diferentes investigadores encuentran resultados similares en estudios similares con diferentes sujetos.
- ¿Se trata de un estudio sin dar ningún detalle o enlace al mismo? Sin esta información, no hay forma de verificar ni siquiera los aspectos básicos de cuándo se publicó el estudio y si sus conclusiones se presentan con precisión.
2. Tómese el tiempo para hacer preguntas
Los estudios científicos sobre nutrición y salud son muy difíciles de diseñar, ejecutar y llevar a la práctica. Aquí hay algunas cosas que debe considerar la próxima vez que vea un titular sensacionalista sobre un nuevo estudio de salud:
- ¿El estudio involucra a humanos, animales o células aisladas? Los estudios en animales y en laboratorio permiten a los científicos explorar ideas para posibles investigaciones futuras, pero no podemos asumir que los resultados serán los mismos para los humanos en el mundo real. Incluso en los estudios en humanos, se debe observar más de cerca qué tipos de humanos se estudiaron: un atleta delgado de 20 años puede responder de manera diferente a un alimento o patrón de alimentación que una persona de 50 años con sobrepeso y diabetes tipo 2. Intente averiguar quiénes participaron en el estudio y cómo se comparan estos participantes con la población en general (o con usted mismo).
- ¿Qué tipo de estudio es? Las “revisiones sistemáticas” o “metanálisis” son los estudios más fiables porque analizan los resultados de varios estudios sobre el mismo tema y pueden sacar conclusiones más sólidas. Los “ensayos controlados” establecen un experimento en el que se asigna a personas a diferentes grupos y se cambia un aspecto particular de su dieta, mientras se controlan todos los demás factores. Estos ensayos son buenos para identificar causa y efecto, pero generalmente son de corto plazo e involucran a un número pequeño de participantes, por lo que no necesariamente podemos asumir que los resultados se aplican a todos. Los “estudios observacionales” analizan una población más grande durante un período de tiempo más largo y observan asociaciones entre los hábitos alimentarios y los resultados de salud, pero no siempre pueden probar una relación de causa y efecto.
- ¿Qué se compara? Cuando un estudio descubre que un patrón de alimentación se asocia con mejores resultados de salud que otro, preste atención a lo que se compara. Por ejemplo, una dieta vegetariana saludable dará mejores resultados en comparación con una dieta llena de comida rápida, pero eso no prueba necesariamente que una dieta vegetariana sea mejor que un patrón de alimentación igualmente saludable que incluya carne.
- ¿Qué tan significativa fue la diferencia? Los científicos hablan de si los resultados son “estadísticamente significativos”, lo que significa que probablemente no ocurrieron por casualidad o accidente. Sin embargo, es posible que los resultados que son estadísticamente significativos no siempre lo sean clínicamente o marquen una diferencia significativa en su salud. Un alimento o una dieta pueden resultar en una mejor pérdida de peso que otro en un estudio de dos meses, pero no resultan mejores en un estudio a más largo plazo. Hable con su proveedor de atención médica o educador en diabetes sobre si los resultados de un estudio probablemente marcarían una diferencia significativa en su salud.
3. Reúna una colección de fuentes confiables de referencia
- En lugar de ingresar sus preguntas sobre nutrición en un motor de búsqueda general, identifique fuentes en las que confíe para brindar información cuya calidad haya sido evaluada y compartida en un contexto general.
- Marque sitios sin fines de lucro, académicos o gubernamentales (generalmente terminan en .org, .edu o .gov) como la Asociación Estadounidense de Diabetes , la Academia de Nutrición y Dietética y los Institutos Nacionales de Salud . La información de estos sitios se compara con la literatura científica antes de publicarla. Para sitios comerciales, algunas opciones son mejores que otras. Sitios como WebMD y Healthline suelen hacer referencia a los estudios que analizan y cubren las posibles limitaciones de un estudio.
- En lugar de seguir los consejos de salud de una celebridad sin formación en nutrición, base sus elecciones en recomendaciones de expertos acreditados, como dietistas (RD, RDN), educadores en diabetes (CDE) o médicos (MD, PhD).
Finalmente, cuando busca consejos nutricionales en línea, la pregunta más importante que debe hacerse es: ¿Es este consejo realista para usted? Es cierto que si quieres cambiar tu salud, necesitarás cambiar tu comportamiento. Pero los cambios y restricciones extremos son innecesarios y es poco probable que se mantengan. Si el consejo es algo que no puedes seguir a largo plazo, entonces probablemente no sea un buen consejo. No es necesario que los cambios sean grandes para marcar una diferencia en la salud. Pequeños ajustes en los hábitos alimentarios se acumulan con el tiempo y pueden marcar una diferencia significativa en el control de la diabetes.
Karen Collins, MS, RDN, CDN, FAND se especializa en ayudar a las personas a entender las noticias sobre nutrición. Puedes seguir su blog, Smart Bytes® , a través de su sitio web; y sígala en Twitter @KarenCollinsRD y Facebook @KarenCollinsNutrition