La autora Robyn Webb comenta: "Los pimientos son tan sabrosos cuando están crudos, así que, ¿por qué estropearlos asándolos? Es porque el fuego hace algo increíblemente mágico a un pimiento: transforma su sabor y textura en algo más jugoso, más dulce y más versátil que antes de entrar en las llamas. Los pimientos asados dan sabor a la pasta, a los huevos, a las sopas, a los guisos, a la pizza casera y a muchos otros alimentos cotidianos".