A pesar de todas las decoraciones, disfraces y calabazas talladas, Halloween es para la mayoría de los niños (y adultos) una gran subida de azúcar. Lo importante son los dulces: quién tiene la mejor selección, cuántos puedes llevar y qué trozos comer primero. Pero si usted o su hijo tienen diabetes, ¿cómo pueden participar en la diversión sin que los niveles de glucosa en sangre se disparen?