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Las palomitas de maíz tienen una mala reputación como una comida chatarra salada y mantecosa. Pero sin toda la sal, mantequilla, y aceite que las salas de cine añaden, las palomitas de maíz son en realidad un bocadillo saludable de granos enteros. También son bajas en calorías, permitiendo tamaños generosos de la porción comparados con otros bocadillos. Esta receta de palomitas de maíz obtiene su sabor a partir de un poco de salsa para barbacoa y paprika ahumada. Puedes utilizar otra salsa para barbacoa comprada en una tienda (busca una marca sin azúcar añadida), o bate esta fácil y rápida

Descubrí esta deliciosa ensalada mientras trabajaba como voluntario en una escuela primaria de Washington, D.C., donde los niños decían que su comida favorita era la "ensalada ABC", que hacían con ingredientes del huerto escolar. Fue tan inspirador ver a los niños devorar las verduras con tanto placer que yo también me hice fan. Incluso empecé a incluirla en mis clases de cocina "Medicina culinaria fácil" y en todos los menús posibles. Encuentra esta receta y otras más en la segunda edición de nuestro libro de cocina más vendido, El libro de cocina mediterránea para la diabetes. Para pedirlo

¡Ponte creativo/a con tus naranjas! Prueba naranjas navel, Valencia, Cara Cara, o naranjas sanguinas cuando las veas en tu mercado local. Cada una tiene un delicioso sabor ligeramente diferente pero todas ellas están llenas de vitamina C, fibra, y otros nutrientes buenos para ti. Completa tu plato: Añadir esta ensalada a cualquier comida que necesite un impulso de vegetales. La hemos combinado con el Rollo de carne y Pavo al estilo Sudoeste y Puré de papas moradas. Encuentra esta receta y más en el Libro de cocina Crea tu Plato para la Diabetes, por Toby Amidor, MS, RD, CDN, FAND

Sí, puedes preparar berenjenas con queso y crujientes que le encantarán a toda la familia, ¡con cereales integrales y sin freír! Sirva con ensalada verde y pasta integral para una comida completa. Para una opción baja en carbohidratos, use fideos de calabacín o espaguetis en lugar de pasta.

Sin necesidad de corteza, esta quiche es muy sencilla de preparar. Los tomates dulces ayudan a crear un buen equilibrio de sabores y texturas y añaden un llamativo contraste de color con los espárragos verdes brillantes. Es perfecta para desayunar por sí sola o para servirla en el almuerzo o la cena con una ensalada de verduras mixtas o una taza de bisque de tomate y albahaca.

Los rollos frescos de verano son fáciles de hacer. Aquí, el tofu sustituye al relleno de camarones vietnamitas en una versión vegetariana del clásico y popular plato. Disfruta de una pequeña cantidad de salsa de manío de chile baja en sodio para mojar, si lo deseas.

Repleto de la dulzura natural del mango y los melocotones, la salsa de este plato obtiene su sabor gracias al jalapeño y al comino. Es el complemento perfecto para la riqueza del saludable salmón. Acompáñalo con guisantes dulces de limón y menta para una comida brillante y refrescante.

Una combinación de nachos gigantes y ensalada mixta, estas deliciosas tostadas requieren cuchillos y tenedores. Para hacer esta receta vegana, simplemente omite el queso. Acompáñalas con floretes de brócoli asado estilo cubano para obtener aún más bondades vegetales.

Asar a la parrilla concentra el sabor de los melocotones y carameliza sus azúcares naturales. Los arándanos, ricos en antioxidantes, se cocinan ligeramente para hacer una compota rápida. La combinación crea un postre ligero y refrescante que resalta la fruta fresca del verano. Si no quieres encender la parrilla, cocina los melocotones en una cacerola de parrilla en el interior, o en una sartén de hierro fundido caliente. En la receta se utilizan arándanos frescos, pero se pueden sustituir por arándanos congelados.

El risotto se elabora tradicionalmente con arroz con almidón, pero esta versión hecha con cebada es más rica en fibra y tiene una textura deliciosamente masticable. Si se añade el líquido a los granos 1/2 taza cada vez, se consigue una textura rica y cremosa al terminar la cocción. Sírvelo como acompañamiento de un plato principal proteico, como este pollo mediterráneo con alcachofas, o añádele pollo o camarones cocidos y un puñado de verduras para convertirlo en una comida completa.